'Pasillo' La guerra continúa

Aunque los máximoss rivales FC Barcelona el domingo y Real Madrid el sábado se enfrentan a rivales en principio asequibles, la guerra psicológica entre los entrenadores, y las entidades no cesa.

Las declaraciones de Godall, un directivo de Laporta, por las cuales sacaba a la luz el apoyo de Laporta a Villar en la elección de este como presidente de la Federación, y los intercambios de favores subsiguientes, causaron un incendio en las redes sociales. El "villarato" parece haberse hecho oficial.

Al cruce de declaraciones entre "altavoces" de una y otra trinchera mediática, ha venido a sumarse Jose Mourinho, con unas declaraciones contundentes: "Sabía que en algún momento de mi carrera tenía que estar en el Madrid para sentir que he estado en los más grandes."

Toma Guardiola.

No cabe duda que esta frase tiene como destinatario claro Pep Guardiola. Lo mismo que la indirecta cruzada lanzada también por Mourinho: "Ven, ellos también hablan de árbitros".

Son dos jarros de agua fría los de Mourinho lanzados directamente al factótum azulgrana, Pep Guardiola. Entrenador que será sometido a su misma medicina, una película para enardecer los ánimos de sus jugadores. Para el Rácing, la elección es clara, el partido en el que ganaron 5-0 al todopoderoso Barsa.

El jarro de agua fría institucional, de Godall, es una advertencia clara contra Rosell y su entorno que andan en pleitos judiciales contra el antiguo president, y bon vivant, Señor Laporta. Si Rosell no se corta, tirarán con bala, viene a decir.

Mientras Guardiola y el equipo catalán sufren andanadas por los cuatro costados, el Real Madrid de Mourinho rueda entre incidentes menores, como la avería del "Aventador" el Lamborghini de Cristiano Ronaldo en plena Gran Vía madrileña.

El Real Madrid visita el campo bético, donde los verdiblancos están irregulares este año. Lejos está del equipo que asustó un día no ha mucho al FC Barcelona.

La amenaza de 'Pasillo' sigue viva, aunque latente, poco visible en los campos, es ahora una lucha, una guerra psicológica, tanto del enemigo interior, Godall; como de Mourinho y el Real Madrid.