"La coronación del Barsa"
En la cima de La Liga, en la cumbre de Europa, y quizá en la cima del juego, está desde ahora el Barsa. 620 millones de pares de ojos han asistitdo el lunes a su coronación. En su reino, el Camp Nou, ante su público, boquiabierto, el equipo de Pep Guardiola a arrollado al Real Madrid (5-0).
Su trono Real, su estatus de mejor defensa del campeonato, su imbatibilidad desde el comienzo de la temporada. Su confianza. Su honor. El Barsa lo ha copado, y con lección magistral, por quinta vez consecutiva, lo esto ya empieza a ser demasiado.
Llegó con el Inter la temporada pasada para eliminar a los Blaugranas en la semifinal de la Liga de Campeones, José Mourinho ha comprendido muy bien esta vez la lección de catalán, empero.
Una lección administrada con toda serenidad, o casi, a pesar de la lluvia constante: técnica y tácticamente dominado, el Real Madrid ha visto cómo su adversario se colocaba a sí mismo la corona sobre la cabeza.
Guardiola había anunciado la pinta: "Nosotros atacaremos y ellos contraatacarán." El Barsa ha atacado, el Real no ha contraatacado. Para ello habría que haber tenido el balón, y los madrileños lo han visto a menudo de lejos, en los pies de Xavi, Messi o Pedro.
Muy pronto han comprendido que los 90 minutos iban a parecer una eternidad: en el minuto 10 Xavi abría el marcador con un servicio milimétrico de Iniesta; en el minuto 20, Pedro doblaba la apuesta después de una jugada de más de 20 pases consecutivos entre sus compañeros.
Al regreso de los vestuarios, donde Mesut Özil -el gran artesano habitual del juego merengue- se había quedado por decisión de Mourinho, seguía siendo el Barsa el que hacía el juego y, una vez más, el Barsa volvía a macar: David Villa, con dos pases de Messi, fusilaba a Casillas con un tiro cruzado desde el lado derecho, minuto 55; luego en el 55 con la punta de la bota, antes de que Jeffrén, recién ingresado al campo, llevara la puesta más lejos de la humillación, minuto 90+1.
El Barcelona encadenaba los goles, y el Real (que ha encajado en esta velada casi tantos goles como en lo que llevamos de temporada, 5 contra 6) encadenaba las faltas (20): 7 tarjetas amarillas, de las cuales una para Cristiano Ronaldo que, por sus provocaciones, esperaba sin duda despertar la reacción de sus socios. Pero no hubo nada.
El Real perdió el título por tres puntos la temporada pasada. Todas las cabezas gachas, como abatidos por esta funesta velada, los madrileños se han visto obligados a repensar sobre ello. En frente, tenían claramente algo más que un club, que les había infligido mucho más que una simple derrota. A.-S.BOURDET Traductor jag.valdezate
El asunto Diarra
A LA 87E MINUTE, JOSÉ MOURINHO SE RETOURNE VERS MAHAMADOU DIARRA ET LES DEUX HOMMES ONT UNE DISCUSSION
La escena puede parecer anecdótica debido al correctivo recibido el lunes por el Real frente al Barsa (5-0). Sin embargo, los medios españoles no dejan de reflejar los hechos, el martes por la mañana, solo unas pocas horas después del partido.
Al final del partido, en el minuto 87 exactamente de "El clásico" Mahamadou Diarra rehusó entrar en el campo. Apoyados en imágenes, los diarios catalanes y madrileños explican cómo José Mourinho se dirigió a su jugador, sentado en el banquillo justo detrás de él. Los dos hombres tuvieron entonces un breve intercambio, al final de la misma el maliense se queda en su sitio mientras que el entrenador gira la cabeza, sorprendido.
¿"The Special One" solicitó un cambio con un marcador 3-0? Según AS, el club asegura que no. Sin embargo, desde su llegada Mourinho ha recurrido muy poco a Diarra (11 minutos jugados en todo este tiempo). Un altercado entre los dos hombres no sería extraño visto el escenario del choque.
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