Cuentan los libros que un 4 de septiembre de 1984 alguien del FC Barcelona acudió a Santpedor en busca de un muchacho que jugaba al fútbol. Los ojeadores del Barsa le habían referenciado, y dieron orden de ficharlo de manera inminente. Aquel chaval se llamaba Pep Guardiola. Entonces tenía 13 años y en su pueblo muchos le llamaban Giusep, y otros Yosé. Un cuarto de siglo después, como entrenador ya, Guardiola abrió la puerta a una nueva forma de interpretar el fútbol, casi imbatible: como entrenador ganó 13 de los 15 trofeos disputados.
Hoy, sin embargo, debe pasar una prueba de fuego. Estamos a 10 de diciembre de 2011, y el barsa disputa "el clásico" frente a un Real Madrid que lidera la liga con seis puntos de ventaja. Guardiola necesita lo mejor de su experiencia y de sus jugadores para no quedar a 9 puntos del eterno enemigo.
Más aún, la derrota en circunstancias actuales, con un Real Madrid que parece imparable, abocaría todo el sistema Guardiola a una primera crisis de críticas en los medios deportivos. Hasta ahora, todo han sido alabanzas y elogios a Guardiola. Hoy puede empezar el cambio y podría torcerse la historia a no ser que Guardiola saque lo mejor de sí mismo, y pare los pies del Real Madrid en seco, en su estadio.
La gran ocasión
Por casualidades del calendario, si hoy el FC Barcelona suma tres puntos, pasaría a ocupar la primera posición de la tabla aunque con un partido jugado más que su inmediato perseguidor, el Real Madrid.
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