Fue un programa de televisión que sobrevivió 15 años, hasta el 2005. El día después fue un programa revolucionario, que puso un nuevo hito en el desarrollo del fútbol español. El programa lo dirigía una estrella del fútbol español, Michael Robinson, que era el productor, regidor y presentador al mismo tiempo. El día después mostró lo que era el fútbol español con gran variedad de recursos. El programa gustó tanto a los espectadores, que todos los programas de la competencia en España tenían un aspecto lamentable.
Inter Estelar desde luego reconoce la capacidad de análisis de los blogueros rusos, aunque discrepa en cuanto a la última afirmación, pero solo hasta cierto punto. Y añadimos algo más. Veamos.
En esos años, los programas deportivos estaban ligados a las cadenas autonómicas y programas deportivos quiere decir en el caso de las televisiones autonómicas, fútbol. Y fútbol desde el lado más localista, más del aficionado, y del aficionado "a muerte" era el plato principal y casi único.
Afortunadamente el hooliganismo estaba fuera de las televisiones autonómicas, pero no del fútbol; sí se admitía gamberrismo, mala educación, e incluso antideportividad por parte del aficionado mientras fuera defendiendo "sus colores," dejándose "la piel en el campo" y "yendo a muerte" con su equipo. En este caso, el aficionado salía por televisión incluso, y disfrutaba de minutos de titularidad, de fama.
Entonces, El día después era un programa nacional, en abierto, en una televisión de pago, y ciertamente tuvo un gancho importante en la audiencia.
Michael Robinson, el presentador, era un delantero "tipo tanque que jugó en el Osasuna" como le definió otro gran periodista Juan Manuel Gozalo. Hablaba castellano con menos acento inglés del que cabía esperar, y mejorando, y se hacía querer. Se hacía querer por sus trucos también.
Sus primeros programas fueron un desastre, pero mejoró mucho, y rápido, gracias al horario -previo a las noticias de la cadena de pago y a los guiñoles, además era en abierto, y tenía muchísimas imágenes en exclusiva. Pronto tuvo un equipazo técnico incluyendo a Nacho Lewin.
Uno de sus trucos era precisamente, el idioma: nos demostraba que hacía esfuerzos por aprender, y esto de manera inconsciente los espectadores lo agradecían. Sus programas eran rápidos, y ágiles. Sus imágenes, de primera calidad. Sus explicaciones técnicas "Anoeta" eran sencillas y fáciles de entender de manera rápida por su lenguaje ameno... en resumen: era un futbolista metido a periodista/comentarista.
El día después fue un título de la época The Day After. Se trataba del título de una película-documental sobre los efectos de un ataque nuclear a gran escala que conllevaba un holocausto nuclear a escala planetaria.
InterEstelar
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