Podemos reconocer a los aficionados españoles no solo por la bufanda y la bandera de su equipo favorito, y además por otro elemento importante en la cultura del fútbol español: el bocadillo. Fanáticos del fútbol por todo el país llegan al estadio pertrechados con bocatas gigantescos. El bocadillo se presenta por lo regular envuelto en papel aluminio, y según es costumbre, nadie debe empezar a comer su bocadillo hasta el final del primer tiempo. En cuanto suena el silbato para el descanso, con avidez extraen el bocata de la bolsa y del envoltorio. Si usted inicia este procedimiento demasiado pronto o demasiado tarde, todo el mundo puede darse cuenta de inmediato, de que es usted un principiante o un extranjero. O lo peor, las dos cosas a la vez.
InterEstelar. Lleva toda la razón, nuestro bloguero ruso. El bocadillo va con la bufanda y la banderola; con su bolsa de plástico, y no hace mucho, la bota de vino; el bote de cerveza o la botella de agua es más moderno. Cada bocata lleva la energia de la tierra: aquí chorizo; allá, morcilla; acullá sobrasada; ya tortilla; venga lacón; etcétera: cada equipo, proponemos desde aquí, debería tener un "bocata oficial de la tierra".
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